Neptuno y Poseidón

Giovanna, Sofía y Omar

A Diego aún le costaba trabajo cerrar los ojos mientras tomaba un baño. Todavía pensaba que su vida pudo haber terminado hace dos semanas cuando su hermano y él decidieron pasar el último día de verano en su lugar favorito: Puerto Escondido. Esta playa les quedaba a 20 minutos de su casa y era común que pasaran ahí los fines de semana. Javier, el hermano mayor de Diego era mucho más alto que él, le encantaba practicar deportes acuáticos como el surf o cualquier otra actividad que tuviera como elemento principal la adrenalina. Por otra parte, Diego era más tímido, no le gustaba sentir que estaba en peligro y a pesar de que le encantaba nadar en el mar, creía que éste era como un animal agresivo, al cual se le debe tener respeto.
Aquel último día de verano Javier le pidió a Diego que lo acompañara a Puerto Escondido porque quería practicar surf. Así que ambos hermanos fueron a pasar un día en la playa.
Javier tomó su tabla y pasó más de dos horas entre las olas
Diego decidió dar un paseo por la playa y después nado mar adentro