SOMBRAS QUE OPRIMEN

Nicolás Pantoja, Bruno Salvador, Abel Domínguez, Luis Felipe Rodriguez

Transcurría el primer año de gobierno del presidente Alberto Fujimori,  y  todos los medios de comunicación escrito, radial y televisivo difundían las masacres perpetradas por los senderistas. Eran las 2 pm, a lo lejos aparecía la figura de un hombre de complexión fuerte y robusta, tenía cabellera oscura y corta, su tez clara relucía con la luz del sol miraba atentamente a cuanta persona transitaba por el asfalto de la avenida Arequipa. Al sacar de su bolsillo el reloj con cadena, que era único recuerdo de su padre, le venía una honda tristeza y coraje; sus pasos se detuvieron en su departamento, con un saludo aligerado alcanzó a levantar su mano al vigilante y raudamente ingresó a su habitación. –Tal parece que aún no llega Héctor- se dispuso a colocar una bebida gaseosa esperando a su compañero de milicia, cuando de pronto suena la puerta, con un murmullo abre la puerta. Aparece un joven de veintiocho años con ropa de civil – Buenos días, mi capitán don Santiago- adelante hombre ya está todo resuelto, espero que nadie te haya seguido, - con una sonrisa irónica- Héctor sólo atina a servirse la bebida; de pronto suena el teléfono, y Santiago levanta el fono – sí don Rodrigo, en dos días hacemos el trabajito, gracias, estaremos en contacto, adiós mi comandante – Con voz ansiosa Héctor – parece que se acabó el espionaje, aunque ¿está seguro que lo que se haga tiene la venía del chinito? Con una carcajada Santiago – no doy puntada sin hilo soldado – Héctor con cierta vergüenza - disculpe  mi capitán -  en un momento me contacto con los gatilleros. - Esperemos que así sea, hoy  voy a Trujillo a solucionar unos asuntos. Así que sin resentimientos amigo Héctor me despido y le informaré cualquier eventualidad- ambos se despiden estrechándose las manos, - adiós mi capitán
Santiago se va al Aeropuerto
En Palacio de Gobierno 
En Trujillo